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Estados Unidos reclamó este martes la libertad inmediata de Xu Zhangrun, un profesor de Derecho conocido por sus críticas a la gestión de la pandemia del coronavirus del gobierno de China y que fuera arrestado ayer.

“Estamos muy preocupados por la detención del profesor Xu por haber criticado a los líderes chinos en el contexto de un aumento de los controles ideológicos en las universidades del país”, dijo la vocera del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, en Twitter.

La funcionaria agregó que China debe “liberar cuanto antes” a Xu, cumplir sus “compromisos a nivel internacional” y “respetar la libertad de expresión”.

Xu, profesor de Derecho de la Universidad de Tsinghua, en Beijing, fue detenido en la mañana de ayer después de que publicara varios artículos críticos al gobierno del presidente Xi Jinping, y luego puesto bajo arresto domiciliario en su casa de las afueras de la capital, según fuentes cercanas al docente citadas por el diario hongkonés South China Morning Post y las agencias de noticias EFE y Europa Press.

EE.UU. anunció restricciones de visados para funcionarios chinos

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, anunció restricciones de visado para los funcionarios chinos que supuestamente están impidiendo acceder al Tíbet a diplomáticos estadounidenses, periodistas extranjeros y turistas.

«Hoy anuncio restricciones de visados para funcionarios del Gobierno y miembros del Partido Comunista Chino (PCCh) que hemos determinado que están implicados en la formulación o ejecución de las políticas relacionadas con el acceso de extranjeros a zonas del Tíbet», dijo Pompeo en un comunicado, citado por la agencia de noticias EFE.

Pompeo no detalló cuántos funcionarios serán sancionados y cuándo entrarán en vigor las restricciones, y consideró que el acceso al Tíbet es «cada vez más importante para la estabilidad regional, dados los abusos a los derechos humanos que comete ahí el PCCh, así como el fracaso de Pekín para evitar la degradación ambiental cerca de las cabeceras de los principales ríos de Asia».

El Tíbet es conocido como la «torre del agua» de Asia debido a la presencia de grandes ríos como el Yangtze, el Indo, el Mekong, el Ganges y el Salweeny, entre otros.

En año pasado, el Gobierno chino impuso restricciones al acceso al Tíbet y lo defendió alegando que es «por cuestiones de seguridad» para proteger a algunos visitantes que «sufren mal de altura», dijo en marzo de 2019 el secretario del PCCh de la región autónoma del Tíbet, Wu Yingjie.

Wu negó entonces que las restricciones afectaran a periodistas extranjeros e insistió en que eran «bienvenidos».

Ese cambio normativo llegó después de que, en enero de 2019, el Gobierno de la región autónoma del Tíbet anunciara un plan para facilitar el acceso a turistas extranjeros con el objetivo de aumentar en un 50 % sus visitas.

Desde hace años, la entrada al Tíbet de periodistas internacionales y diplomáticos está restringida.

Además de un visado chino, los extranjeros necesitan de un permiso de viaje especial para poder visitar ese territorio, un requisito que las autoridades justifican «en las tradiciones étnicas únicas del Tíbet, el patrimonio cultural, la capacidad de recepción y las necesidades de protección ecológica».

Estados Unidos impuso sus sanciones al amparo de la Ley de Acceso Recíproco al Tíbet, aprobada por el Congreso en 2018, y que permite al Gobierno negar la entrada a aquellos funcionarios chinos que impidan el acceso de estadounidenses al Tíbet.

El trasfondo del anuncio de hoy de Washington es la guerra comercial que mantienen ambas potencias económicas desde hace dos años, la guerra tecnológica, una subyacente pugna por la hegemonía y, más recientemente, el intercambio de culpas sobre quién de los dos originó la actual pandemia de coronavirus.