Blog

La aprobacin en diciembre pasado de la Ley de Interrupcin Voluntaria del Embarazo en la Argentina instal un amplio debate en torno a las dimensiones ticas, religiosas, legales, de derechos, de salud pblica, de gnero y hasta econmicas relacionadas con el tema. Con independencia de las aristas propias de ese debate, es fundamental considerar tambin la factibilidad a la hora de hacer que la ley efectivamente sea operativa y se traduzca en resultados tangibles. Aun cuando haya evidencia de que un mtodo, tratamiento o medicamento resulte costo-efectivo para el conjunto de la sociedad, el impacto presupuestario que pudiera ocasionar en quienes deben procurar los recursos necesarios para garantizar su aplicacin en los trminos establecidos por la norma, no es un tema menor.

La Organizacin Mundial de la Salud recomienda el uso de misoprostol y mifepristona, como primera lnea para la realizacin de un aborto, o solo misoprostol cuando la mifepristona no est disponible, tal es el caso de la Argentina.

En consecuencia, si algo haca falta para que la efectiva aplicacin de la ley ocurriese era lograr que el acceso a los frmacos recomendados para la utilizacin de prcticas seguras dejara de ser prohibitivo para quienes no tuvieran recursos, y que permitiera al Estado comprar a menores precios, de modo de garantizar el acceso gratuito a quienes tomen la decisin de interrumpir un embarazo en las condiciones establecidas en la ley N 27610.

Eso es precisamente lo que significa tener el primer registro como especialidad medicinal del misoprostol -otorgado por la Anmat- elaborado por un laboratorio pblico de la provincia de Santa Fe: el Laboratorio Industrial Farmacutico (LIF), uno de los 41 laboratorios pblicos nucleados en la Agencia Nacional de Laboratorios Pblicos (Anlap). Es haber logrado mejorar el acceso al aborto en condiciones seguras a partir de mejorar la disponibilidad del nico medicamento que puede ser empleado para tal fin.

La produccin pblica de misoprostol no solo dota a la Argentina de una alternativa de menor precio, sino que introduce competencia en un mercado hasta ahora monoplico, posibilita el trnsito federal y permite que se avance un paso ms hacia la «soberana en medicamentos», generando una mayor autonoma en el colectivo de gestantes.

Este tipo de iniciativas que se traducen en respuestas concretas a necesidades sanitarias son exactamente lo que se persigue e impulsa a travs de la Poltica Nacional de Medicamentos en lo que a produccin pblica refiere: lograr que los laboratorios estatales orienten sus producciones hacia medicamentos «estratgicos» y «necesarios» desde la perspectiva de la salud pblica, que no persiguen la rentabilidad comercial, sino la rentabilidad social.

De este modo, la experiencia del LIF marca el inicio de una serie de proyectos similares que se estn impulsando y que estn orientados a dar respuestas a necesidades hasta ahora desatendidas, de ofrecer soluciones, de conducir las acciones y los recursos hacia aquellas iniciativas que nos permiten seguir garantizando el derecho de quienes estn en situaciones ms difciles y a aquellos a los que les debemos estas respuestas.

De eso se trata, de igualar oportunidades, de hacer tangible el ejercicio de los derechos adquiridos, de ser ms libres y ms soberanos en el manejo de la salud.

Estamos haciendo historia, estamos evitando que sigan sucediendo muertes absurdas e innecesarias. Hoy somos un poco ms justos que ayer.