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Wayar: «Pensar que el arte está desprovisto de prejuicios sería ingenuo y poco científico» – Télam

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La escritora y activista travesti Marlene Wayar, recin incorporada al rea de educacin del Palais de Glace, acompaa desde su experiencia la puesta en marcha de una nueva poltica institucional que, en un contexto de invisibilizacin de las minoras y disidencias -sexuales, racializadas o de clase-, aspira a que el museo se abra a lo diverso «para que los recursos lleguen a otros colectivos histricamente menospreciados y disminuidos en sus posibilidades de acceso al espacio institucional».

Si bien el ao de pandemia se sum al desarme y destruccin sistemtico de la cosa pblica cultural de la gestin del macrismo (2015-2019), desde la nueva gestin poltica se observan «nuevos paradigmas» que se focalizan en la «inclusin», desde una mirada de cuidado y de derechos del conjunto de ciudadanos que marca una lnea indita destinada a desmaterializar el sesgo patriarcal de las colecciones pblicas.

Bajo la direccin de Fede Baeza y con la flamante inclusin de Wayar en el equipo de Educacin, el Palacio Nacional de las Artes (Palais de Glace), con su sede en reparacin y funcionamiento provisorio en la Manzana de las Luces, se reconfigura en su rol social y comienza a ceder espacio a las personas invisibilizadas y colectivos emergentes, lo que implica un cambio conceptual desde el cual pensar lo cultural como accin.

En sintona con esta nueva mirada que intenta revertir las desigualdades de gnero en la conformacin del acervo, el espacio gener revuelo hace unas semanas cuando en paralelo a la convocatoria al 109 Saln Nacional de Artes Visuales lanz una encuesta -al principio de carcter obligatoria, luego optativa- donde los artistas deban consignar su orientacin sexual entre doce opciones de gnero, como travesti, gay, transexual, bisexual, no binario, o heterosexual, entre otras.

A su vez, esto se relaciona con el concurso recin lanzado desde los ministerios de Cultura y de Gnero para el «Premio Adquisicin de Artes Visuales 8M. Despatriarcalizar el patrimonio», organizado a propsito del Da Internacional de la Mujer, y en el que no pueden participar varones heterosexuales.

Tlam: Sobre el requisito en la encuesta obligatoria, que gener polmica y malestar, en qu medida poner el acento en la condicin sexual no puede leerse tambin como estigmatizante y limitante?

Marlene Wayar: Si lo ponemos en contexto histrico desde el silencio que nos ha sido impuesto a las disidencias sexo/genricas, puede ser un susurro poner «mucho acento». Me parece una trampa lingstica porque no hay un un medidor para decir qu es mucho o qu es poco, y por otro lado que sea estigmatizante y limitante no hace a la cuestin, pues la encuesta pregunta cmo las personas se autodefinen y a todas por igual: no hace juicios de valor.

Las categorizaciones son de por s violentas y tienden a la taxonoma, eso conlleva una jerarquizacin y discriminacin, pero este es el estado de situacin en el que nos hemos puesto: no hay disidencias o no son abiertamente visibles. El tema de que pueda leerse como estigmatizante y limitante es de quien haga esa lectura pero el Estado no lo est proponiendo en estos trminos sino que est intentando hacer estadstica como insumo para saber en qu situacin estamos, cuntas de las disidencias sexo/genricas no acceden del mismo modo a la participacin en el mbito del arte impulsado por el Estado.

T: Por qu cuando estamos hablando de arte hay que pensarlo desde una estructura atravesada por la condicin sexual? Por qu no se puede hablar ms all de eso?

MW: Porque no es un ente abstracto, est compuesto por corporalidades que son sexuadas como en todo constructo social en donde estas dinmicas estn presentes. Pensar que el arte o cualquier otro mbito est desprovisto de los mismos prejuicios que nos atraviesan sera ingenuo y poco cientfico, no sera una visin crtica. Porque pensar la religin, supuesto espacio de espiritualidad, escindida del odio a la condicin sexo/genrica? Por qu pensar la familia, aquel ncleo blanco y puro donde no ocurren violencias? Porque es all donde se suceden los femicidios y el embarazo forzado de nias y donde las travestis somos expulsadas por el solo hecho de afirmar que lo somos entre los 8 y los 13 aos, algo que esta sociedad niega al decir «con los nios no se metan».

Sin embargo, cuando no cumplimos con normas consuetudinarias establecidas por el binarismo heterosexista/patriarcal nos empiezan a suceder cosas de orden muy violento. Por qu considerar que en el mbito del arte no suceden estas cuestiones?

Las travestis no son inteligibles en lo artstico, tampoco la masculinidad trans: no vemos obra que venga desde esas corporalidades situadas, como tampoco vemos que haya una paridad entre artistas hombres y artistas mujeres. Como no hay paridad en entender el arte sin hablar de una racionalizacin estrictamente ligada con lo geopoltico: una cosa es el arte europeo y otras cosas son las artes decorativas o funcionales de lo no occidental. Unas son arte con nombre y apellido, y otras son artes colectivas de zonas geogrficas no eurocntricas.

T: A qu te referis cuando habls de que nadie va a «perder sus privilegios»?

MW: Me refiero que los privilegios de ser una corporalidad hegemnica: blancas que portan la masculinidad o que portan la legitimidad de ser mujeres y que tienen relaciones pre-existentes de pertenecer a una clase social en particular, de educarse y relacionarse, teniendo herramientas para presentarse a concursos, pensando qu es lo que pueden plantear en sus obras, las temticas, tcnicas, procesos de produccin y posibilidades de transportar las obras. Todas estas cuestiones hacen que tengan privilegios objetivos respecto de otras corporalidades que no reciben educacin.

Entendemos que los privilegios nos preexisten como cultura y nadie debe pagar por haber nacido en las condiciones en que le tocaron, pero s podemos pensar en las responsabilidades que nos tocan.

Lo que estamos proponiendo desde los movimientos de mujeres, feministas, desde los de disidencia sexo/genricas como as tambin de los colectivos racializados y de los pueblos originarios, es pedirles que dejen de lado sus privilegios. El Estado en este caso no puede hacer otra cosa que tomar algunas acciones que hagan a buenas prcticas basadas en la discriminacin positiva. Esto significa permitir que los recursos e informacin lleguen a otros colectivos histricamente menospreciados, discriminados, disminuidos en sus posibilidades de acceso y permanencia en el espacio institucional.

T: En la declaracin que realizaron con la directora del Palais, Fede Baeza, dice que «el Saln Nacional escenifica la construccin de una comunidad y pone en debate lo comn» Cmo se puede pensar lo comn?

MW: En principio, pensar lo comn tiene que ser en comunidad, tienen que estar las distintas voces representadas en ese dilogo. Es muy complejo en un contexto social donde la exclusin se da a veces por cuestiones claras como que una persona sea joven o nia, que se le haya negado la posibilidad de estudios formales, que sea travesti o Qom; pero a veces se vuelve ms complejo por la interseccionalidad de las discriminaciones: qu pasa si es una travesti del cordn suburbano en Crdoba y adems racializada, o si es una lesbiana masculina en el interior, en un pueblo de Santa Fe?

Quienes vivimos en las capitales contamos con otros recursos que no son solo materiales, sino sobre todo simblicos. Lo comn aqu estara dado por ser artista, oficiar en los diferentes mbitos: en la curadura, como artista, o crticas de arte y adems como pblico, y esto no est representado. Si nos corremos del mbito artstico, en esta sociedad con ese enorme peso del pensamiento binario que sigue sosteniendo viejos paradigmas.

La representacin poltica se piensa en trminos hombre y mujer 50/50, cuando en realidad la sociedad es mucho ms diversa. La paridad poltica en el mbito del Congreso debera contemplar la incorporacin de personas de la disidencia sexo/genrica, al menos de la diferencia de la representacin de las travestis en un tercio. si les travestis no estamos en ese mbito, no hay paridad.



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