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El padre del fotoperiodista argentino preso pide «intervención política» para liberarlo – Télam

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Schoenfeld está preso en Bolivia desde noviembre de 2019

Schoenfeld est preso en Bolivia desde noviembre de 2019

La libertad del argentino Facundo Molares Schoenfeld, preso en Bolivia desde noviembre de 2019 e internado desde el jueves por coronavurus, depende de «la misma justicia que apañó las brutalidades del gobierno de facto», según su padre, que denuncia que la causa está repleta de irregularidades y reclama «una intervención política fuerte» de las nuevas autoridades bolivianas.

El jueves, el fotoreportero de 44 años debió ser trasladado de urgencia desde la cárcel de alta seguridad de Chonchocoro, hasta al hospital de Clínicas Miraflores de La Paz, tras los sucesivos reclamos de la familia y su abogado, debido a su delicado estado de salud.

«Fue por una insuficiencia renal aguda, le encontraron líquido en los pulmones, lo revisaron y, al hacerle el test de Covid-19 para la internación, dio positivo», señaló su padre, Hugo Molares, en diálogo telefónico con Télam.

«Quedó internado y no sabemos qué va a pasar; esperamos que resista. Esta lucha no puede terminar mal. Facundo tiene que salir libre, sano y regresar a la Argentina», dice.

«Fue por una insuficiencia renal aguda, le encontraron líquido en los pulmones, lo revisaron y, al hacerle el test de Covid-19 para la internación, dio positivo»

Padre de Facundo

Molares Schoenfeld había viajado el año pasado a Santa Cruz de la Sierra, procedente de Colombia, a cubrir las elecciones bolivianas para la revista digital Centenario, pero el 11 de octubre de 2019 fue internado de urgencia por una insuficiencia renal en un hospital de la ciudad.

Fue internado como NN hasta que su padre viajó al día siguiente y lo identificó, y con esa identificación comenzó el calvario.

La policía boliviana «googleó» su nombre -explica Molares padre- y, al ver que había tenido actividad política anterior (se le atribuye pertenencia a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC), ordenaron su detención.

Se trata de una «detención irregular, sin existencia de imputación penal específica, lo que constituye una violación al art. 8.2.b del Pacto de San José de Costa Rica», enfatiza Molares, que es juez de paz en Trevelin, Chubut.

Morales Schoenfeld fue imputado 16 días después de su detención. «Antes de esa fecha nadie lo había mencionado ni denunciado», agrega, y recuerda que los hechos se produjeron en medio de una atmósfera política muy tensa, producto de la crisis política poseleccionaria en el país andino.

Se trata, explica, de «una causa colectiva en la que, además de él fueron involucradas varias personas pertenecientes al gobierno del MAS» (Movimiento al Socialismo), del expresidente Evo Morales, contra quien se había perpetrado la rebelión militar que lo obligó a renunciar, en medio de denuncias de fraude en los comicios realizados pocos días antes, el 20 de octubre de 2019.

En este sentido, el padre del fotoperiodista remarcó que la pelea judicial en Bolivia es «muy complicada».

El martes de esta semana se suspendió, por séptima vez consecutiva, una audiencia de excarcelación invocando detalles técnicos como «un error de notificación», subrayó.

Molares afirma que su hijo está preso «sin una descripción de un hecho puntual y detallado del que se pueda defender».

«La burocracia judicial boliviana es tremenda. Tras esa suspensión de la audiencia ahora ésta se fijó para el 26 de noviembre, es decir 10 días más de cárcel para Facundo», agrega.

Molares había descrito el tortuoso periplo de su hijo entre la cárcel y el hospital, así como también la persistente negativa de las autoridades carcelarias a proporcionar los cuidados médicos mínimos

Fuentes de la Fiscalía Boliviana confirmaron a Télam que la audiencia de el viernes se postergó «porque no se notificó a todas las partes». En tanto, la nueva audiencia está fijada para el 3 de diciembre próximo, dijeron.

La victoria del MAS en las elecciones y la asunción de Luis Arce como presidente constitucional, en reemplazo de la gobernante de facto Jeanine Áñez, trajeron nuevas esperanzas a los Molares.

Fuente de la Cancillería argentina señalaron que el cambio de gobierno genera «otra disposición» y que el encargado argentino de negocios en el país andino, Diego Alonso Garcés, está en contacto permanente con el Ministerio de Justicia de Bolivia.

Sin embargo, Molares se muestra cauto: «Yo tengo una sensación basada en el sentido práctico. Supe que esto se trató en los más altos niveles, incluidos los presidentes Alberto Fernández y Luis Arce durante un encuentro del que participó la Cancillería», agrega.

Antes de la internación de su hijo, Molares había descrito el tortuoso periplo de su hijo entre la cárcel y el hospital, así como también la persistente negativa de las autoridades carcelarias a proporcionar los cuidados médicos mínimos.

El abogado de Morales Schoenfeld, Marco Antonio Justiniano, y la familia habían solicitado varias veces que Facundo quedara internado, pero la petición fue desoída por las autoridades.

A principios de esta semana debieron llevarlo nuevamente al hospital, «donde tampoco lo vio ningún médico» alega.

En mayo pasado, Hugo envió una carta al presidente Alberto Fernández en la que le solicita que inicie alguna gestión para repatriar a su hijo.

El 1 de octubre, la Cancillería argentina presentó un pedido oficial a Bolivia para que liberara a Facundo «de manera urgente» y denunció que el joven sufre una «situación de denegación de justicia» por parte del entonces Gobierno de facto.

«Esta es la misma justicia que apañó las arbitrariedades y brutalidades de la dictadura, son los mismos personajes. Si no hay una intervención política fuerte del Gobierno boliviano, y una voluntad real de solucionarte el problema, estaremos muy mal», dijo Hugo Molares.

Facundo nació en San Miguel, provincia de Buenos Aires, y su compromiso y activa militancia social lo llevó a recorrer varios países de latinoamérica, Ecuador, Cuba, Paraguay, Brasil, Perú, Chile, Colombia y Bolivia.



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