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El 30 enero de 2020, el Director General de la Organizacin Mundial de la Salud (OMS), el Tedros Adhanom Ghebreyesus, declar al brote de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (Covid-19) como una emergencia de salud pblica de importancia internacional, de conformidad con el Reglamento Sanitario Internacional del 2005. A partir de ese momento, se propusieron medidas sanitarias urgentes, conocidas como recomendaciones temporales, para la gestin de la crisis con la consecuente asistencia a los pases para la preparacin y respuesta.

Luego, el 11 de marzo, el brote fue caracterizado como pandemia por haberse extendido y afectado a todos los continentes y, por tanto, se llam a todos los pases a tomar medidas urgentes. Un escenario siempre posible en el campo de la salud pblica, aunque nunca deseable.

Desde el primer momento, y a pesar de las incertidumbres propias de la emergencia de un virus desconocido, se lo identific como un virus respiratorio que se propagaba de persona a persona. Un claro desafo para las medidas salud pblica a tomar y que nos confirmaba que estbamos todos juntos en esta situacin: haba que atravesarla sumandos esfuerzos y capacidades de todas las personas y sectores.

La regin de las Amricas se vio especialmente afectada y es innegable que ha sido el epicentro de la pandemia durante meses. Desde el primer momento, la OPS/OMS ha coordinado la respuesta en la regin acompaando a los pases en el despliegue de sus planes de preparacin y respuesta.

Se brind asesoramiento en todo lo relativo a las acciones crticas necesarias para fortalecer los servicios de salud y lograr una adecuada atencin de los pacientes, adaptando las orientaciones tcnicas a las particularidades de cada contexto.

Otro aspecto fundamental fue la vigilancia, la inteligencia epidmica y las innovaciones relacionadas con la generacin de informacin y evidencia para definir las acciones. Sin dudas, en los casos en que se dio la utilizacin de informacin pertinente y oportuna, surgida del monitoreo permanente, se han podido aplicar medidas eficaces de control de la propagacin. Cuando las polticas se basan en la ciencia y en los datos, se pueden salvar vidas.

El 2021 lleg y abri un nuevo captulo esperanzador con las vacunas que progresivamente se van distribuyendo para proteger a millones de personas. Nuestra regin tiene una larga experiencia en campaas de vacunacin y programas de inmunizacin y la OPS viene apoyando desde hace meses en este aspecto desafiante a travs de cooperacin tcnica para la planificacin del despliegue de las vacunas.

Desde la conviccin de que el mundo estar a salvo cuando todos los pases lo estn, el Mecanismo Covax es otro ejemplo del esfuerzo mancomunado de diferentes sectores para lograr el acceso equitativo a vacunas seguras y eficaces. En las Amricas, el Fondo Rotatorio de la OPS est adquiriendo las vacunas y se espera llegar a alrededor de 280 millones de dosis hacia fines de ao. En este importante esfuerzo de salud pblica prevalece la bsqueda de la equidad y de la disminucin de las desigualdades. Por eso, la prioridad en el uso de estas primeras vacunas debe estar en proteger a las y los trabajadores de la salud, prevenir hospitalizaciones y muertes, y reducir la presin sobre el sistema de salud.

Poco a poco las vacunas ayudarn a salvar vidas y finalmente a detener la pandemia. Pero hoy, a un ao de su inicio, y con ms de 52 millones de casos confirmados y ms de 1.2 millones de muertes solo en nuestra regin, hay que ser realistas y tener paciencia porque la Covid-19 permanecer un tiempo ms.

Desde un primer momento, las medidas de salud pblica y sociales para mitigar la transmisin del virus han sido la manera principal de protegernos y proteger a quienes nos rodean. Aunque despus de un ao el cansancio desaliente, las actitudes colaborativas siguen siendo el nico camino en lo cotidiano: el distanciamiento fsico, el uso constante de mascarillas en lugares pblicos, el lavado frecuente de manos, la minimizacin de reuniones en lugares cerrados y la adecuada ventilacin de los espacios.

Esta pandemia nos ha mostrado que un virus que emerge en una parte del mundo puede ser una amenaza para cualquiera, en cualquier lugar. Desde las actitudes cotidianas de cuidado de cada persona hasta las decisiones institucionales en todos los niveles, la experiencia de este ao nos confirma que la colaboracin no puede ni debe cesar.

Por Dr. Enrique Prez-Gutirrez, representante interino de la Organizacin Panamericana de la Salud/Organizacin Mundial de la Salud (OPS/OMS) la en Argentina.