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«Les pedimos que no fueran a la fiesta por cuestiones de seguridad», contó ex diplomático neerlandés – Télam

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Jam Willem Bertens, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Holanda entre 1977 y 1982, confirmó que él mismo le pidió al seleccionado de su país que no asistiera a la fiesta de premiación del Mundial 78 «por cuestiones de seguridad».

En una entrevista exclusiva con Télam a 42 años del Mundial celebrado en Argentina, Bertens terminó de despejar así una de las leyendas construidas desde entonces: que el plantel neerlandés había desistido de ir a la fiesta, en el Hotel Plaza de la Ciudad de Buenos Aires, como repudio a la dictadura de Jorge Rafael Videla.

«Me comuniqué con Jacques Hogewoning (entonces presidente de la Real Federación Holandesa de Fútbol) y le recomendé que el plantel no asistiera a la cena de clausura por cuestiones de seguridad», aseguró Bertens, de 84 años de edad y con el que Télam se puso en contacto a través de un correo electrónico.

El ex funcionario nació el 23 de enero de 1936 en Maastrich, la capital de la provincia de Limburgo, procedencia también de dos de los jugadores que formaron parte del equipo neerlandés en el Mundial 78: el arquero Jan Jongbloed y el delantero Dick Naninga, autor del 1 a 1 en la final ante Argentina que desembocó en el alargue.

«Nuestro dialecto es una mezcla de holandés, francés, flamenco y alemán. ¡Esa es la razón por la que casi nadie nos toma en serio en Países Bajos!», contó Bertens.

Simpatizante de Maastrichtse Voetbal Vereniging (MVV, hace 20 años en la Eerste, segunda división), el primer cargo oficial de Bertens fue como Secretario de Embajada en Montevideo, Uruguay, entre 1968 y 1971. «Allí recibí una membresía especial del Museo del Fútbol porque les entregué imágenes inéditas de los Juegos Olímpicos de París 1924 y Amsterdam 1928, donde las dos veces ganaron el oro», recordó.

Luego fue Jefe de Misión sucesivamente en Sudán, Somalía y Cuba (1971 al 77), y de allí hasta 1982, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, cargo que ejerció durante el desarrollo de la Copa del Mundo Argentina 78.

«Hogewoning quería que yo viajara con el plantel por mi manejo del idioma. Habíamos tenido contacto porque yo había planeado dos encuentros con la prensa y el plantel para que se interiorizaran sobre la situación en la Argentina, y además les parecía bien tener un oficial de enlace con la prensa internacional y las autoridades locales, pero finalmente no pude viajar», le contó Bertens a Télam.

«De todos modos, antes de que viajaran les recomendamos que no se movieran solos, que fueran corteses y que no discutieran de política. Fueron muy obedientes», agregó.

El ex funcionario contó también que «sabía lo que pasaba en la Argentina» no solo por su calidad «de diplomático», sino también porque la prensa neerlandesa daba cuenta periódicamente de lo que sucedía. «El panorama mediático de mi país es tradicionalmente libre, abierto. Es casi proverbial permanecer ignorante sobre las cosas, te gusten o no. Así también era en aquel momento», señaló.

Por eso consideró «lógico» que los jugadores supieran de «hechos y cifras» de la dictadura argentina y que, inclusive, conocieran a las Madres de Plaza de Mayo.

«No sé si podrían decir que sabían sobre la ESMA, por ejemplo, pero sin dudas sí sobre las Madres. No hay que olvidarse que pocos meses antes de la Copa de fútbol se había jugado en la Argentina el Mundial de hóckey sobre césped, y en nuestra prensa habia aparecido una foto de un jugador holandés poniendo flores con algunas Madres», dijo.

Bertens recordó además las protestas por la participación del seleccionado «naranja» en el certamen: «Desde el mismo momento de la clasificación, en octubre de 1977, hubo una campaña de boicot por la violación a los derechos humanos por parte de la dictadura de Videla. Habíamos sido el primer país en hacer un boicot a un evento deportivo, los Juegos Olímpicos de Melbourne en 1956, por la invasión soviética a Hungría, y algunos partidos se sintieron afluentes de aquel hecho histórico».

«Pero el gobierno y el parlamento le dieron libertad de acción a la Federación de fútbol y el equipo fue al torneo. Así que para la final me senté frente a la TV esperando la victoria o el desastre -concluyó-. ¡Todavía puedo ver el tiro de Rob Rensenbrink en el palo a poco del cierre! Pero en definitiva Argentina fue un justo campeón».



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